jueves, 1 de julio de 2010

Los miserables


Me odio porque no pude mirarte a los ojos.
Soy un cobarde.
¿Qué iba a decirte?
¿Qué me comprenderías?
Solo pude titubear de vergüenza
Vos me empequeñeces.
Mi tristeza se vuelve fantasma
Y mi alma ciega.
Baje la cabeza.
Mire para el suelo y fue peor,
Se me cerró la garganta.
Lo que vi estaba frío y sucio,
Como la coraza de mi corazón,
Que cada día parecía endurecerse mas,
Que se volvía obstáculo para sentir la realidad.
¿Cómo decirte las próximas palabras?
Nunca te las diré, pues,
Ya te fuiste.
Ojala que creas en Dios
Cuando ya no quede mas nadie en quien confiar,
Para no querer drogarte tanto,
Para no desear matar a tantos,
Para no llorar a oscuras…

Que solos que están tus ojos,
Nadie quiere mirarte.
Que vacío, retorcido y ruidoso…
Ya nadie quiere escucharlo.

Evitar tu presencia.
Cruzar de vereda.

Me pesa el dinero que tengo en mi bolsillo.
Me acorrala, me ahoga, me enferma.
Lo odio.
Y odio tu presencia pobra hambrienta sucia y descalza
De niño pobre sin presente y sin futuro que me recuerdan lo miserable que soy.

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