lunes, 25 de abril de 2011

La sangre de tus rodillas

Se creían diferentes
Se unían sin saberlo
Se amaban a escondidas
La vergüenza los callaba
Ignoraban el sentido de sus acciones,
Lo disfrazaban de supuestos.
Las metas estaban desdibujadas.
El viento estremecía sus pensamientos y ellos simulaban escalofriarse.
La altura los relajaba, era su máxima creación…

“¡El cielo he venido a conquistar! ¡Dividiré el aire! ¡Quebrare las montañas!”

Ellos escuchaban las voces de sus juicios
Fáciles por su evidente rapidez…

“¡Ya fue! No te conozco ¡Ya fue! No me molesten que tranquilo estoy con mis pies debajo del asiento… Debajo de mi poder estoy con mi supuesta salvación protegido en cada paso, con la cabeza en lo alto solo entre mis pares.

Ellos chocaban sus frentes.
Los besos eran escapes.
El alcohol, un atajo.
Y el sexo, un fin.
La curiosidad se oscurecía con el miedo.
El conocimiento acababa en el tacto
Tacto encerrado en la circularidad de los días por la repetición de lo mismo.
Tacto endulzado con la hipnosis de tener que copiarlo todo….

Ellos que creen en la normalidad de la superficie, que de nada servirá el interior.
Que el cielo solo es otro techo más de pintura celeste
Ellos que de abismos hacia arriba están desligados,
Que calientes sus cuerpos están y han de agradecerle a la suerte.
Ellos que han perdido la memoria y que la luz resentida les reclama que le devuelvan sus colores.

Ellos desagradecidos.
Ellos, grito del suelo en el golpe del bosque cuando cae en la deforestación.
Ellos, pasta gris que todo lo cubre para que veloces circulen en círculos.
Ellos, Malditas correas corroedoras que atan animales en casas, zoológicos y mataderos

¡Cómplices ellos! ¡Lo saben! ¡Lo saben!

Que en sus historias han de vivir y morir
La espalda a la ignorancia.
La realidad es lo táctil.
Es la determinación que de su uso se abusa hasta que ciegos se vuelven del vicio de creer que lo real es lo que nombran.
Es creado por ellos y ellos ser el padre de todas las cosas.
Reyes en su reino de palabras explotables, asesinables, contaminables y prostituibles…

El Sol espera que sangren sus rodillas cuando por sus ojos perpetuase para siempre el nuevo brillo del amanecer conciente y eterno.
Despojos de ayeres y mañanas.
Chorearan las miserias del derroche por los ríos de lágrimas de grasa.
Mares esperan por ellos desvelados.
Cuerpos en resurrección.
Mentes agonizan las horas del juicio final.
Siervos comen los primeros restos de insatisfacción.
Fuegos queman los naipes de juegos sucios perdidos.
Algo nuevo se asoma en el corazón de la ciudad….

¡Invoco a los recuerdos que vengan con el viento!
¡Invoco al silencio que sople con el recuerdo!
¡Respiro aire inteligente!
¡Soy el gran hombre de este planeta!
En este suelo vivo y muero.
Pronto me iré de esta tierra
Mucho antes que mi voz, que seguirá en el espacio en infinitos ecos
¡Que mi voz trascienda y despierte a próximos sueños!
Luna! Soy tu nombre.
Vos me has llamado a la vida.
Sol, yo cuidare tu respeto.
Porque es mi piel ardiente la que siente el abrazo de tu luz.
Porque como vos, yo, doy vida
¡Soy la sangre dentro del mosquito!
¡Soy la arena entre la roza y el río!
Soy la semilla, la flor y el olfato.

Soy lo que nunca antes he podido ser.
Ahora, yo.
He venido a ser alguien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

wow (y cara de digestión+aplausos de sonido leve)

simpatizan