jueves, 23 de junio de 2011

La sangre de nuestras rodillas (reversion en primera persona del plural)

Nos creemos diferentes
Nos unímos sin saberlo
Nos amamos a escondidas
La vergüenza nos calla
Ignoramos el sentido de las acciones,
Lo disfrazamos de supuestos.
Las metas están desdibujadas.
El viento estremece los pensamientos y simulamos escalofriarnos.
La altura nos relaja, es nuestra maxima creación…

“¡El cielo hemos venido a conquistar! ¡Dividirémos el aire! ¡Quebraremos las montañas!”

Escuchamos las voces de los juicios
Fáciles por su evidente rapidez…

“¡Ya fue! No nos conocemos! ¡Ya fue! No me molesten que tranquilo estoy con mis pies debajo del asiento… Debajo de mi poder estoy con mi supuesta salvación protegido en cada paso, con la cabeza en lo alto solo entre mis pares.

Nosotros chocamos nuestras frentes.
Los besos son escapes.
El alcohol, un atajo.
Y el sexo, un fin.
La curiosidad se oscurece con el miedo.
El conocimiento acaba en el tacto
Tacto encerrado en la circularidad de los días por la repetición de lo mismo.
Tacto endulzado con la hipnosis de tener que copiarlo todo….

Nosotros que creemos en la normalidad de la superficie, que de nada servirá el interior.
Que el cielo solo es otro techo más de pintura celeste
Nosotros que de abismos hacia arriba estámos desligados,
Que calientes nuestros cuerpos están y hemos de agradecerle a la suerte.
Nosotros que hamos perdido la memoria y que la luz resentida nos reclama que le devuelvamos sus colores.

Nosotros desagradecidos.
Nosotros, grito del suelo en el golpe del bosque cuando cae en la deforestación.
Nosotros, pasta gris que todo lo cubre para que veloces circulen en círculos.
Nosotros, Malditas correas corroedoras que atan animales en casas, zoológicos y mataderos

¡Cómplices Nosotros! ¡Lo sabemos! ¡Lo sabemos!

Que en nuestras historias hemos de vivir y morir
La espalda a la ignorancia.
La realidad es lo táctil.
Es la determinación que de su uso se abusa hasta que ciegos se vuelven del vicio de creer que lo real es lo que podemos nombrar.
Es creado por nosotros y nosotros ser el padre de todas las cosas.
Reyes en nuestro reino de palabras explotables, asesinables, contaminables y prostituibles…

El Sol espera que sangren nuestras rodillas cuando por los ojos perpetuase para siempre el nuevo brillo de un amanecer conciente y eterno.
Despojos de ayeres y mañanas.
Chorearan las miserias del derroche por los ríos de lágrimas de grasa.
Mares esperan por nosotros desvelados.
Cuerpos en resurrección.
Mentes agonizan las horas del juicio final.
Siervos comen los primeros restos de insatisfacción.
Fuegos queman los naipes de juegos sucios perdidos.
Algo nuevo se asoma en el corazón de la ciudad….

¡Invoco a los recuerdos que vengan con el viento!
¡Invoco al silencio que sople con el recuerdo!
¡Respiro aire inteligente!
¡Somos el gran hombre de este planeta!
En este suelo vivimos y morimos.
Pronto nos irémos de esta tierra y nada hemos charlados con los arboles
Mucho antes que nuestra voz, que seguirá en el espacio en infinitos ecos gritando un consuelo
¡Que nuestra voz trascienda y despierte a próximas generaciones!
Luna! Somos tu nombre.
Vos nos has llamado a la vida.
Sol, cuidaremos tu respeto rezando cada dia frente a tu planidad
Porque es nuestra piel ardiente la que siente el abrazo de tu luz.
Porque como vos, nosotros, damos vida
¡Somos la sangre dentro del mosquito!
¡Somos la arena entre la roza y el río!
Somos la semilla, la flor y el olfato.

Somos lo que nunca antes hemos podido ser.
Ahora, nosotros.
Hemos venido a ser alguien.

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